Salí de casa a 21 grados, llegando al destino el termómetro marcaba 6 grados. Esto es calidad de vida en julio y durmiendo con una mantita.
El lucero me acompaño hasta la orilla del río. Apenas había sonidos, solo el murmullo del agua en la lejanía y el trino del chotacabras.
Chotacabras (Si no conoces al Chotacabras pincha en el nombre)
El río como era de esperar bajaba con un caudal menguado por el estío. Me puse a pescar a las 7,30, viendo la ausencia de picadas opté por bajar mas tramo de río. Cuando entro el sol y pese a mi intuición las truchas empezaron a subir a la mosca y no pararon en todo el día. Incluso en las horas centrales las truchas estaban puestas y salieron las mas majas de tamaño.
Esta imitación de tricóptero o plecóptero en paracaídas fue la que mas truchas me dio. Incluso en aguas paradas movió truchas. La royal coachman a primera hora y una efémera montada en palmer, anzuelo nº 18 con alas grises y cuerpo naranja, brincada en huevo, fue la utilizada para un par de truchas que estaban selectivas y rechazaron los otros montajes. Con esas moscas pesqué y disfruté como un enano.
Hembra de Sapo Común, que vería en mi para acercarse tanto.
Entre lances, truchas, insectos, un par de jabalíes que cruzaron el río a unos metros de mi y el vuelo de los buitres leonados, ensimismado con la pesca y con mis pensamientos, entre el alba y el ocaso discurrió el día.
Un gran día, un día en el que te sientes el ser mas afortunado del planeta y esos días por desgracia no abundan.
Una escapada larga y productiva siempre queda en el recuerdo. Mis riñones y piernas aguantan cada vez menos estas jornadas, pero eso lo dicen al final de día :-).
ResponderEliminarMuy cuidadas las fotos. Me ha gustado mucho la entrada.
Saludos.
Hola Revuki,
EliminarA mi también me pesan los añitos, hay zonas a las que me cuesta ir, eso si una vez en el río se olvida el mal rato. Lo mas divertido las agujetas del día siguiente y como sea laborable y haya que currar el día se hace durillo.
Un saludo
Mario
Hola Revuki,
ResponderEliminarA mi también me pesan los añitos, hay zonas a las que me cuesta ir, eso si una vez en el río se olvida el mal rato. Lo mas divertido las agujetas del día siguiente y como sea laborable y haya que currar el día se hace durillo.
Un saludo
Mario